viernes, 30 de octubre de 2015

Tus renovadas maneras


Tus maneras se visten de renovados templos,
y reclama el recambio de los dioses,
mientras yo busco ser menos culpable,
oler a arrepentido,  
vivir en el silencio de las lápidas
segregando ordalías.

No sé si estoy enmarañado en la visión azul,
altares de la duda,
no sé si bebo el vino de la rémora
en una copa clandestina.

Sólo preciso restañar las cicatrices 
que aún supuran,
volver a los rituales de la absolución,
purgando los agravios,
ofensas fragmentarias sin sepulcros.

Antes que estallen los demonios del espíritu
y sigan para siempre el mapa de mi infierno.

sábado, 24 de octubre de 2015

El blues de la última realidad

El color de la tarde de este otoño va diluyéndose
como el lamento cúspide de un saxo.
Tal vez una llovizna está cayendo afuera,
tal vez le cubre al alma la dimensión de la tristeza.

Hace tiempo cerré mis ociosas ventanas,
y casi he olvidado
reponer el agua en la fuente de los pájaros
de mi jardín rendido, el agua
de lluvia de las ebrias primaveras.

Toda la inmensidad de la noche a mi alcance,
no alcanza, sin embargo,
para esta mano que depone su insistencia,
para huir de los buitres de la melancolía.

Los grillos desistieron de herirme los oídos,
y abandoné por siempre la casa de la infancia.
He cubierto la imagen de mis muertos,
he olvidado las risas de mis putas tristes.

El tiempo se hizo brújula de mi viaje forzoso,
y fatalmente me aproxima
a la dura tiniebla de alta mar,

al escarmiento de la luz.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Ya no eres mía

No eres mía, ya no eres;
te he perdido en mí,
aunque mis ojos no te pierden,
aunque en las noches te acompañe

cargado de recuerdos testarudos;
te he perdido,
como a la vida,
el último crepúsculo.

 
Aún veo las puertas
entornadas de la sensualidad,
mas el infiel momento me detiene y apaga
las luces una y otra vez.

Deberías, entonces,
herirme en mi profunda vanidad,
arrancarme toda esperanza de tenerte,
hundirme en la más honda soledad.

Sólo podrá salvarme
el deseo animal de recobrarte.


miércoles, 7 de octubre de 2015

Rastreo de mis causas históricas


Desde siempre quise conocer las maquinaciones
que me hicieron tan penosamente humano,
los hilos de Ariadna que se soltaron
en el intento de encontrar mi alma tesea,
aquellas hecatombes que arruinaron mis fantásticas ciudades,
las cuitas de la nurse que crearon mi alma complaciente,
las seductoras palmadas ante mis ingenuos actos de justicia,
las perdidas y secretas razones de la caída
de mi adolescente imperio romano,
la fuente de la cicatriz del ciervo
que anda deambulando por mis páramos,
el robot con mi cerebro que ansío ser en el tiempo infinito,
las causas de esta herida que sangra y sangra y sangra
como un río de versos sin mar.


lunes, 5 de octubre de 2015

Cuando llueve

La lluvia nace en ti. Te vuelves novia
y risa en el cristal bruñido al viento,
vierte tu piel crepúsculo de sal 
donde el cielo a suspiros se subleva.

Son tus labios galopes sin memoria, 
un buque que deriva hacia mi puerto,
los brazos ateridos de un rosal 
donde alas de pájaros chorrean.
  
Volcán rendido, prado de lujuria, 
tu sangre arría de su sed. Te duermes 
en una sorda infinitud de ráfagas. 

Entonces tus efluvios me circundan, 
la viva luz del frenesí se muere
y es nuestra tumba la canción del agua.